La historia de la interpretación simultánea de la mano de Ted Pilley

Las primeras experiencias con el sistema portátil de interpretación, alias «bidule», se remontan a los años cincuenta y, según cuenta Walter Keiser, los pioneros en el empleo de este sistema fueron dos intérpretes británicos –Frank Barker «el africano» y Teddy (Thadé) Pilley– que se recorrían el mundo con el equipo a cuestas. Los que conocieron a Teddy Pilley lo describen como una persona inteligente, ingeniosa y tremendamente habladora; una figura un tanto excéntrica que bien merece una entrada en un blog de interpretación. Gran amigo de Danica Seleskovitch, opinaba que si algo parecía imposible había que hacerlo y con más ganas, si cabe, si estaba prohibido.

Et n’oublions pas les pionniers du « bidule » (équipement portatif ultra-léger sans cabines, ni écouteurs) qui, sans se constituer en entreprises apportaient leur matériel dans le monde entier. Ainsi les deux Britanniques Frank Barker « l’Africain », qui travaillait de préférence seul en simultanée anglais-français et vice-versa dans de nombreuses réunions au sud du Sahara et le fougueux Teddy (Thadé) Pilley, se faufilant dans la circulation des grandes capitales à scooter avec son « Archie » (le bidule) dans la sacoche. (Keiser, 2004, p. 589).

Teddy Pilley (con pajarita) con Elie Wiesel y otros intérpretes en Ginebra en 1953. Foto © de Elie Wiesel

Teddy Pilley (con pajarita) con Elie Wiesel y otros intérpretes en Ginebra en 1953. Foto © de Elie Wiesel

Ary Thadé «Ted» Pilley nació en el número 123 del Boulevard St Michel en París el 7 de marzo de 1909, hijo de Leopold Pilichowski y Lena Pillico, importantes pintores polacos de origen judío. A los cuatro años su familia se trasladó a Londres. Su casa (7, Hills Road, St John’s Wood) se convertiría en un conocido lugar de encuentro de los intelectuales judíos de la época, Einstein entre otros, además de muchos de los principales dirigentes sionistas de entonces. Al finalizar los estudios en el Merchant Tailors School, Pilley se trasladó a Oxford para estudiar en el St John’s College. Después trabajó como gerente de ventas en una empresa textil internacional, y fue entonces cuando conoció en Holanda a la que sería su mujer.

Cuando estalló la guerra Pilley estaba destinado en la base de la RAF (Real Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas Británicas) en Aldergrove (Irlanda del Norte) como oficial del servicio de inteligencia del escuadrón 245 que protegía el puerto de Liverpool. Gracias a sus conocimientos lingüísticos (hablaba polaco, inglés, francés, alemán y holandés) lo reclutaron en Bletchley Park (instalación militar localizada en Buckinghamshire, Reino Unido, en la que se realizaron los trabajos de descifrado de códigos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial; de hecho, la primera computadora Colossus fue diseñada y construida en Bletchley Park permitiendo romper los códigos de la máquina alemana Enigma) y le encargaron interrogar a prisioneros de guerra en su lengua materna.

Gran emprendedor y de arrolladora personalidad Pilley fundó en 1932 el Linguists’ Club en Londres (20 Grosvenor Place), cuyo objetivo era facilitar el aprendizaje de idiomas a través de grupos de conversación dirigidos por un hablante nativo de la lengua en cuestión. El Club se convirtió durante muchos años en lugar de encuentro de todos los intérpretes que pasaban por Londres. Allí se reunían para conversar, leer o jugar al ping-pong o al ajedrez. Además, Teddy Pilley puso en marcha el Interpreters’ Working Party, una suerte de grupo de trabajo para formar futuros intérpretes de entre los alumnos que tenían una especial facilidad para los idiomas. Uno de esos alumnos fue Elie Wiesel, nobel de la paz, que en su libro «Todos los torrentes van a la mar» narra su encuentro con Pilley y sus andanzas como intérprete (podéis leer un extracto del libro en la página de la AIIC aquí).

Estos cursos eran funcionales y flexibles y ofrecían a los futuros intérpretes una formación cercana a la realidad profesional; y como afirmaba Walter Keiser, el extraordinario número de intérpretes cualificados que salieron de estos cursos es prueba de que es posible formar intérpretes muy buenos en poco tiempo. Siguiendo este método, Teddy Pilley consiguió constituir equipos de intérpretes para congresos importantes como el Congreso sionista en Jerusalén en 1952 (4 idiomas, 11 intérpretes) o preparar a los intérpretes que trabajarían para la Cámara de Representantes en Colombo (Sri Lanka) en 1955 (inglés, tamul y cingalés) y la Asamblea legislativa en Singapur en 1957 (inglés, tamul, malayo y mandarín).

Después de la guerra continuó dirigiendo el Linguists’ Club (hasta su cierre en 1971), ayudó a fundar la AIIC, el Institute of Linguists y la IACIT (International Association of Conference Interpreters and Translators). El gobierno francés lo nombró Oficial de Academia.

Ted Pilley moriría en Londres en junio de 1982.

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Mutual understanding is peace

Referencias consultadas:

AIIC (2003). Extrait de «Tous les fleuves vont à la mer».

Keiser, Walter (2004). «L’interprétation de conférence en tant que profession et les précurseurs de l’Association Internationale des Interprètes de Conférence (AIIC) 1918-1953». En: Meta: Journal des traducteurs, vol. 49, n° 3, p. 576-608.

Roland, Ruth A. (1999). Interpreters as diplomats: A Diplomatic History of the Role of Interpreters in World Politics. University of Ottawa Press, Ottawa (canada).

Sugarman, Martin (2005). «Breaking the Codes; Jewish personnel at Bletchley Park in WW2». En: Journal of the Jewish Historical Society of England.

Widlund-Fantini, Anne-Marie (2007). «Danica Seleskovitch – Interprète, et témoin du XXe siècle». Editions l’Age d’Homme, Laussane.

8 comentarios en “La historia de la interpretación simultánea de la mano de Ted Pilley”

  1. Me ha parecido muy interesante esta entrada puesto que no conocía ni la historia ni la trayectoria de Ted Pilley.

    Me llama la atención que con lo difícil que resulta la profesión de intérprete, hablo desde la perspectiva de alumna del grado en Traducción e Interpretación, hubiese un extraordinario número de intérpretes cualificados en estos cursos flexibles y de poca duración. ¿Realmente creéis que es posible formar intérpretes muy buenos en poco tiempo hoy en día? Lo pregunto porque en el nuevo sistema de Bolonia han surgido muchas quejas sobre la poca formación en interpretación que se da en dicha carrera.

    ¡Muchas gracias y un abrazo, Clara!

  2. Bueno, supongo que en aquellos años, no habia escuelas como tales, para convertirse en interprete, eso es un talento con el que se nace. En mi caso yo no lo estudié, me he forjado en el camino. Aunque en mi ciudad hay una carrera (Licenciado en Idiomas)los chicos que de ahi egresan dejan mucho que desear salvo por las honrosas excepciones de aquellos que por voluntad propia leen, practican, estudian, vamos se preparan por ellos mismos. Esta profesión requiere de mucha lectura, preparación, amor por la camiseta. Yo no estudié para ser intérprete y sin embargo en lo poco o en lo mucho estoy entre las mejores al menos, de mi regiónm

  3. ¡Enhorabuena por la entrada!

    La historia es verdaderamente interesante y desconocida para el gran público.
    Hace reflexionar acerca de si el intérprete nace o se hace, y también acerca de si un buen traductor puede ser un buen intérprete o viceversa.

  4. ¡Gracias por tu comentario, Elena! Walter Keiser afirma que se podía formar muy buenos intérpretes con ese método y a tenor de los comentarios de algunos intérpretes que se formaron con Pilley en esa época parece ser que sí es posible (echa un vistazo a la página de FB de AIIC, 11 de marzo: https://www.facebook.com/aiic.interpreters). En cualquier caso eran otros tiempos y otras circustancias, y lo que sirvió entonces no tiene porque servir ahora.
    ¡Un saludo!

  5. ¡Gracias por tu comentario Mónica! Es cierto que muchos de los intérpretes que empezaron en aquella época e incluso más tarde no pasaron por ninguna escuela y son muy buenos profesionales -hay muchos ejemplos tanto en el sector privado como en las instituciones internacionales. Estoy contigo en que hay que trabajar muy duro para llegar a ser un buen intérprete, y es un proceso que no termina nunca 😉
    ¡Un saludo!

  6. ¡Gracias por tu comentario, David!
    Yo soy de la opinión de que el intérprete se hace, y se hace a fuerza de mucho tesón 😉
    ¡Saludos!

  7. Un artículo muy interesante, siempre es bueno saber sobre la historia de lo que hacemos, eso nos alienta a seguir trabajando duro.

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