Los intérpretes tienen que ser participantes imparciales, sin opinión, y estar sujetos a un código deontológico de confidencialidad y secreto profesional. Sin embargo, en el caso del que quiero hablar hoy, el intérprete -en este caso, intérprete judicial- se sintió obligado a romper el silencio impuesto por el secreto profesional debido a la crueldad de las acciones judiciales en las que tuvo que participar.
Los hechos ocurrieron el 12 de mayo de 2008. Novecientos agentes del departamento de Inmigración y Control de Aduanas fuertemente armados y con el apoyo de helicópteros, avionetas, agentes estatales y policía local, arrestaron, esposaron y encadenaron a casi 400 trabajadores guatemaltecos y mexicanos indocumentados de Agriprocessors, Inc., una de las empresas cárnicas (matadero y envasadora) más grandes de Estados Unidos, ubicada en Postville, Iowa.
Uno de los intérpretes federales que trabajó en el caso fue Erik Camayd-Freixas, catedrático de literatura latinoamericana, director del Programa de Traducción e Interpretación y director de la Iniciativa de Investigación sobre Reforma Migratoria en la Universidad Internacional de Florida (EE. UU.). Erik Camayd-Freixas es doctor en letras por la Universidad de Harvard, crítico literario, analista de discurso, teórico social, y perito en lingüística forense para tribunales federales y estatales. Entre sus numerosas publicaciones, se destaca su libro, Realismo mágico y primitivismo, por su novedoso abordaje a la obra del Premio Nobel guatemalteco, Miguel Ángel Asturias. Además, ha capacitado a más de 3000 intérpretes y trabaja regularmente para las cadenas hispanas de Telemundo y Univisión, en la interpretación simultánea de debates y discursos presidenciales. Ha interpretado a nivel mundial para ocho jefes de estado, incluyendo al presidente Obama y al papa Benedicto XVI.
A raíz de su participación en el caso Postville como intérprete federal y saltándose el código deontológico de la profesión, Erik Camayd-Freixas realizó un informe escrito, una declaración oral al Congreso de Estados Unidos y salió en todos los medios denunciando la criminalización de los obreros y la política de intolerancia.
Dejo aquí un vídeo en el que Erik Camayd-Freixas explica las razones que le llevaron a actuar así y el texto que escribió a raíz de los acontecimientos. ¿Dónde está el límite – si lo hay- del secreto profesional?
Erik Camayd-Freixas (2008). Interpreting after the Largest ICE Raid in US History: A Personal Account. Florida International University (Vía: New York Times)
Pero lo importante es que lo hizo por bien, para denunciar algo malo, creo que en ese caso debería ser obligatorio ¿no?
A mí lo que me interesaría es saber tu opinión. ¿no crees que ante una injusticia lo importante es actuar dejando atrás cualquier profesión?
Un saludo!