De eso se quejaba precisamente Harry Obst en su libro, de la falta de criterio homogéneo para la acreditación de intérpretes en su país y de la carencia de un sistema de formación adecuado que prepare a los intérpretes del futuro en Estados Unidos a semejanza del modelo que se sigue en el viejo continente. No sé si habrán cambiado mucho las cosas o no, pero a tenor de lo que podemos leer, parece que no hay una modo universal de convertirse en intérprete acreditado en EE. UU., aunque sí existen diversos caminos para conseguirlo a través de universidades y otros organismos de acreditación.
Muchas universidades ofrecen licenciaturas, posgrados y Máster en traducción e interpretación, y cursos también para preparar los exámenes de acreditación: Bellevue Community College (Certificate in Translation & Interpretation), Boston University (Certificate Program for Community Interpreters, Certificate Program for Legal Interpreters, Certificate Program for Medical Interpreters), College of Charleston (MA in Bilingual Legal Interpreting), Florida International University (FIU Certificate in Legal Translation & Court Interpreting), Monterey Institute of International Studies (MA in Conference Interpretation, MA in Translation and Interpretation), New York University (Professional Certificate in Court Interpreting: Spanish/English, Professional Certificate in Medical Interpreting), San Diego State University (Certificate in Spanish-English Translation and Interpretation Studies), Translation Center, University of Massachusetts Amherst (Online Medical Interpreting Certificate), University of Arizona National Center for Interpretation (Agnese Haury Institute Court Interpretation Course), University of Minnesota (Certificate in Interpreting with Health Care specialization, Certificate in Interpreting with Legal specialization), Wake Forest University (Certificate in Spanish Interpreting).
Además de estudiar una carrera de traducción e interpretación en la Universidad, es posible también acceder a la acreditación como intérprete a través de la Asociación Americana de Traductores (e Intérpretes), ATA (American Translators Associations). El proceso de acreditación de la ATA consta de tres fases. Primero hay que hacerse miembro de la Asociación, en segundo lugar hay que aportar la documentación pertinente que demuestre que se tiene la formación y experiencia adecuadas, y finalmente, hay que realizar una prueba de acreditación que consiste en un examen supervisado de tres horas con libro. De todos los aspirante que se presentan, menos del 20% aprueban el examen.
La interpretación médica es un campo en creciente expansión, y muchos hospitales piden a sus intérpretes de plantilla que se acrediten o contratan intérpretes independientes que estén acreditados como intérpretes médicos. Los cursos que se ofertan en traducción e interpretación médicas normalmente abarcan varios aspectos de la profesión, desde la terminología médica, hasta el trato con los pacientes o las normas de confidencialidad. Hasta hace relativamente poco tiempo no había ningún órgano de acreditación oficial en EE. UU. para intérpretes médicos, pero desde finales del año pasado comenzó de manera oficial el proceso de acreditación para intérpretes médicos.
En el terreno de la interpretación legal o judicial, tanto el sistema judicial federal como el de muchos tribunales estatales o locales tienen sus propios sistemas de acreditación. Para acreditarse como intérprete de los tribunales federales hay que aprobar un examen escrito para luego optar al examen oral. El proceso de acreditación tarda un promedio de dos años porque los exámenes escrito y oral se convocan en años alternos.
Finalmente, está el Departamento de Estado norteamericano que proporciona intérpretes para conferencias y otros eventos de carácter internacional. Aunque el Departamento de Estado no ofrece un programa de acreditación formal, el hecho de haber aprobado el examen de ingreso ya presupone un alto nivel. Después de haber superado una entrevista inicial, los futuros intérpretes tienen que pasar tres pruebas más de creciente dificultad: un examen de intérprete acompañante, un examen de intérprete de seminarios y, finalmente, un examen de intérprete de conferencias internacionales.
Vía: Alexis Bateman