El domingo pasado tapeando por Bilbao como colofón a la Asamblea General de Asetrad y rodeada de traductores surgió una animada conversación sobre el calamar, o más bien sobre los diversos y variados apelativos del calamar y demás parentela (sin contar las distintas formas de preparar los calamares con sus correspondientes nombres; léase rabas o rejos, por ejemplo). Me quedé con la mosca detrás de la oreja y en cuanto tuve ocasión me puse manos a la obra para intentar dilucidar el asunto. Entre la RAE y la base de datos Ictioterm conseguí aclarar unos cuantos conceptos relativos a tan rico manjar:
– Los téutidos (orden de moluscos cefalópodos):
> Calamar (del lat. calamarĭus, de calămus, caña o pluma de escribir): molusco cefalópodo de cuerpo alargado, con una concha interna en forma de pluma de ave y diez tentáculos provistos de ventosas, dos de ellos más largos que el resto. Vive formando bancos que son objeto de una activa pesca.
> Chipirón (del dim. del lat. sepĭa, jibia): Calamar de pequeño tamaño.
> Pota (del cat. pota, pata): Calamar basto.
> Calamarín menor o picudo: Adultos de pequeño tamaño, por lo que también reciben el nombre de puntillas.
– Los sepíidos (orden de moluscos cefalópodos):
> Sepia, choco o jibia: Molusco cefalópodo dibranquial, decápodo, de cuerpo oval, con una aleta a cada lado. De los diez tentáculos, los dos más largos llevan ventosas sobre el extremo, mientras que los otros ocho las tienen en toda su longitud. En el dorso, cubierta por la piel, tiene una concha calcárea, blanda y ligera. Alcanza unos 30 cm de largo, abunda en los mares templados y es comestible.
> Chopito: Molusco cefalópodo comestible, semejante a la jibia pero de tamaño mucho menor.
Si todavía no ha quedado clara la diferencia entre tanto téutido, os animo a que consultéis la calamarpedia 😉 o leáis este interesante artículo de Ángel Fálder Rivero sobre los «Productos del mar y de las aguas continentales» en el número 121 de la Revista Distribución y Consumo.
¡Muy ilustrativo Clara! Ahora sólo queda por investigar las formas de prepararlos y qué nombre reciben (por receta o por Comunidad Autónoma :D) Me alegra que hayas aclarado el debate que tuvimos ante una buena ración de «rabas» 😉 ¿Deduzco que los chopitos son los calamarines?
Estaba segura de que esta entrada no tardaría en llegar, Clara. Gracias por la información, muy interesante. Donde yo me crié somos muy aficionados al «choco» y lo honramos con una fiesta gastronómica anual que, curiosamente, se celebra el fin de semana que viene ;-).
😉 ¡Gracias por el comentario, María! Estaré al tanto de la fiesta gastronómica en honor al choco para ampliar información 😀
¡Un saludo!
Sí sí, muy ilustrativa esta entrada, Clara. 🙂
En Cantabria también hablamos del «peludín» (nombre que me encanta) y del «cachón».
http://interculturaycocina.blogspot.com.es/2009/01/entre-dos-mares.html
¡Gracias Iciar! Te dejo a ti la entrada gastronómico-festiva 😀
En cuanto a los chopitos, yo creo que son las puntillitas o calamarines, pero en algunos lugares también llaman chopitos a los choquitos (sepias) según dice el artículo de D&C (¡vaya lío!):
Choquito (S. elegans y S. orbignyana) (a esta última sepia, que tiene una pequeña protuberancia en el vértice, se le llama choquito picudo). De pequeño tamaño por lo que se venden y consumen enteros, frescos y congelados. Se preparan enharinados y fritos. El picudo es, además, de un color rosa más intenso. Impropiamente se les llama también chopitos.
Calamar común (Loligo vulgaris). Color rosado. Estacionalidad compensada comercialmente gracias al calamar congelado.Vive en el Mediterráneo y el Atlántico. Se comercializan enteros, como tubos limpios o sin limpiar y anillas congeladas. Los calamares muy jóvenes de esta especie se llaman “chopitos” o “puntillitas”.
¡Un saludo!
¡Qué entrada más cachonda! Me encanta, me encantan los calamares y la gente que escribe sobre ellos en un blog sobre interpretación. Muy bien. 🙂
¡Ay qué buena pinta tienen esas rabas de peludín, Esther! 😉 ¡Muchas gracias por tu aportación gastronómica y por abrirnos a todos el apetito! [a mí también me ha encantado el nombre de peludín….habrá que investigar el origen de ese apelativo 😉 ]
Saludos…..
¡Gracias Darío! Hay que estar preparada para todo 😉 ya sabes, en cabina te pueden hablar de cualquier cosa, incluídos los calamares 😀
¡Un saludo!