El término francés «macaron» es un claro ejemplo de falso amigo, ya que en español no es un macarrón sino un exquisito dulce francés. En realidad, no tenía intención de hablar de falsos amigos -esas palabras de otros idiomas que se parecen en la escritura o en la pronunciación a otras en nuestra lengua materna, pero que tiene un significado diferente-, pero era la excusa perfecta para hablar del macaron.
El macaron es un tradicional dulce francés, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, y que está hecho de clara de huevo, almendra molida, azúcar glas y azúcar.
En un principio este dulce constaba sólo de una única cara. Si bien lo cita el insigne Rabelais, su origen sigue siendo todo un misterio, por mucho que haya numerosas ciudades en Francia que quieran atribuirse la «gloria». Hay quien afirma que este dulce se creó en 791 en un convento cerca de Cormery, otros dicen que Catalina de Médicis lo llevó desde Italia. La primera receta de macaron figura en una obra que se remonta a principios del siglo XVII.
El macaron que se conoce hoy en día es el macaron Gerbert, creado en los años 1880 en el barrio parisino de Beleville. A continuación, se dio a conocer al público gracias a dos establecimientos del Barrio Latino de París: el salón de té Pons, que ahora ya no existe, y la famosa casa Ladurée , que les daba diferentes tonalidades para diferenciarlos en función de su sabor.
Hay macarones de mil sabores y colores, desde chocolate amargo, café, limón, mantequilla salada con caramelo, fresa, chocolate blanco, naranja, coco, vainilla, praliné, almendras, pistacho, menta, anís, hasta rosa e incluso granadina o fois.
Los macarones desatan tal pasión en Francia que hasta las pastelerías compiten entre sí para ver quién presenta la receta más innovadora. Cada año hay un concurso para elegir los mejores macarones de París: Le Meilleur Macaron de Paris. Un dulce cuyas ventas alcanzan las 12.000 unidades al día, con una recaudación de 4 millones al año.
Si queremos darnos el capricho y París nos queda lejos, habrá que ponerse manos a la obra: