No podía terminar las vacaciones sin hablar de Daldinia Concentrica. En los bosques ingleses es común ver en algunos fresnos unas manchas negras, sobre todo en ramas muertas o caídas. Esta especie de protuberancias casi esféricas de color negro y de unos 3 ó 4 centímetros de diámetro son la fructificación de un hongo llamado Daldinia Concentrica, muy habitual en tierras inglesas. El hongo no es comestible, pero existe la tradición de que si una persona lleva en su bolso este hongo, puede así prevenir los calambres de las piernas y de allí su nombre popular «cramp balls». También se le llama «King Alfred’s cake» por la semejanza de sus estromas con los pasteles que dicho rey comía (en realidad la leyenda dice que el Rey Alfredo, escondido de los daneses, quemó unos pasteles al no retirarlos a tiempo del horno).
Leyendas aparte, este hongo lleva empleándose desde tiempos prehistóricos como fuente de fuego, una suerte de mechero (por eso también recibe el nombre de «coal fungus» o de «carbon balls»). Una vez seco, prende con suma facilidad, como si se tratara de una piedra artificial. La chispa se enciende en el hongo y arde lentamente –como las briquetas que se usan para las barbacoas–, después se transfiere a una bola de yesca para hacer llama. Cuentan en el museo de la Prehistoria de Cheddar que el hombre de Cheddar (un fósil humano de 9000 años encontrado en 1998 en la cueva de Gough en la quebrada de Cheddar) llevaba siempre un par de hongos consigo, pues además de ligeros, le servían para hacer fuego en cualquier momento, en lugar de tener que usar madera o piedra y pasarse horas frotando y soplando.
Vía: Wikipedia