Estoy de suerte. Otra vez se me brinda la oportunidad de vivir en primera persona uno de los términos que llevo años repitiendo en cabina: experimento de elección [choice experiment].
El experimento de elección es un método de preferencias declaradas donde el investigador presenta tres alternativas de compra (comprar el producto X, el producto Y o ninguno). Los entrevistados tienen que escoger la que consideren mejor alternativa en varias situaciones hipotéticas de compra.
En mi caso, se trataba de un experimento cuyo objetivo era conocer las preferencias de los consumidores respecto de dos tipos de jamón curado. Como consumidores, primero teníamos que completar un cuestionario sobre nuestros hábitos de compra de jamón curado y después participar en la compra real de uno de los productos (con el dinero que previamente nos habían dado los investigadores).
Evaluábamos paquetes de 100 gramos de jamón de cerdo blanco de baja curación procedente de Teruel pero sin DO y la única diferencia entre ellos era el precio de venta del paquete y la forma de cría de los cerdos de los que provenía ese jamón (diferentes niveles de bienestar animal)
Lo positivo de esta experiencia no ha sido conocer desde dentro el «término» experimento de elección, ni disfrutar del jamón de Teruel, ni siquiera los euros que nos han llovido de regalo. Lo mejor ha sido sin duda, escuchar a uno de los participantes del experimento decir ¿Y qué os parece si donamos este dinero a Carlos?
¡Qué mejor idea que esa! Pequeña contribución, pero contribución al fin y al cabo.