Hoy celebramos el día de San Jerónimo, patrón de los traductores. Nacido entre los años 340 y 342 en Estridón –ciudad ubicada en los límites entre Dalmacia y Panonia (que correspondería a la actual Ljubljana, capital de la República de Eslovenia)–, de niño recibió una esmerada formación en las escuelas romanas, dominando perfectamente el latín y el griego (su lengua natal era el ilirio).
Su padre le envió a Roma cuando tenía doce o trece años para estudiar gramática, retórica y filosofía, y se dedicó intensamente al estudio de los clásicos, que dejarían huella sobre todo en cuanto al estilo literario, lo cual se refleja en todos sus escritos. Llegó a ser uno de los autores cristianos más estimado por los humanistas de todos los tiempos. A San Jerónimo debemos la Vulgata, la traducción al latín de la Santa Biblia.
¡Feliz día a todos los traductores e intérpretes!
Qué curioso, su padre que se llamba Leopoldo Erasmus, ya le envió a Roma a que cursase estudios superiores, en lo que seguramente se pueden considerar en el siglo IV, los origenes de las famosas becas Erasmus que se realizan por toda Europa.
¡ ¡ ¡ Felicidades a todos los traductares ! ! !